LA COMUNICACION EN LA PAREJA

La comunicación es algo más que hablar


Dr. Gary Smalley Boletines - Mujer de Propósito

El mero hecho de abrir su boca, y que de ella surjan algunas palabras no significa necesariamente que usted se esté comunicando. La comunicación implica mucho más que simplemente usar palabras, y a veces las palabras hacen muy poco por promover la intimidad y la comprensión. La comunicación eficaz involucra varias acciones a la vez: escuchar, hablar, expresiones faciales, tono de la voz, y, más que nada, comprensión. Quiero analizar seis niveles de comunicación que es importante entender.

Nivel 1. Pequeña charla o palabras reflejas. El nivel más bajo de intimidad es cuando usted se comunica con breves clichés o palabras reflejas que transmiten mínima información con un mínimo esfuerzo. “Pasa la sal.” “¿Qué tal tu día?” “Bien.” “De acuerdo.” “Bueno.” “¡Sí, claro!” “¿Qué hiciste hoy?” “Nada.” “¡Oh!” “Nunca.” Esta clase de comunicación no requiere concentración ni esfuerzo. En términos de intimidad, casi carece de sentido. Esto no significa que las pequeñas charlas y las palabras automáticas carezcan totalmente de valor. En matrimonios estables donde la pareja realmente se conoce, el simple hecho de intercambiar sonidos afables muestra que las líneas de conexión están abiertas y no existen barreras entre los cónyuges. Gottman dice que tales palabras pueden tener mayor valor si usted se da vuelta hacia su cónyuge y las articula con calidez y mirándole a los ojos. Esto demuestra que usted valora a su cónyuge aunque sus palabras sean pocas y mecánicas.

Nivel 2. Comunicar hechos impersonales. Este nivel de comunicación es el simple intercambio cotidiano de información externa y no personal. “¿Cómo está el clima allí?” “Un poco frío, pero no demasiado.” “¿Puedes creer lo que dijo el presidente hoy?” Este nivel no transmite intimidad, pero es cordial y seguro. Y dice mucho de la comunicación entre amigos. Rara vez puede dar lugar a una discusión en escalada.

Nivel 3. Compartir opiniones. Este tercer nivel de comunicación es la entrada a los niveles más significativos y satisfactorios. Implica expresar sus opiniones, intereses, y expectativas. No obstante, puede ser como abrir la caja de Pandora. Toda clase de problemas pueden venir de él. Si su cónyuge no comparte sus opiniones, puede comenzar a brillar la luz de advertencia por un potencial conflicto. “Sigo diciendo que detesto que lleguemos hasta aquí”. “Nunca me ha gustado ese color para la cocina.” “¿Cuándo aprenderás que no soporto los ostiones fritos?” Las declaraciones como éstas realmente pueden convertirse en entradas a niveles más profundos de comunicación e intimidad. Con aplicar sólo un poquito de las habilidades de comunicación, las diferencias de opinión pueden moverlos a planos más elevados de comprensión. Más adelante en este capítulo, le mostraré cómo.

Nivel 4. Compartir sentimientos profundos. El cuarto nivel de comunicación es para que los cónyuges se sientan tan seguros que se abran libremente y revelen sus sentimientos más profundos el uno al otro, sabiendo que lo que revelan será manejado con amor y cuidado. La seguridad es crucial en este nivel. Los cónyuges deben sentirse completamente seguros del amor del uno por el otro antes de que estén dispuestos a confiarse mutuamente sus sentimientos más íntimos y vulnerables. “Me he sentido un poco sola mientras trabajas en ese proyecto para la iglesia.” “La decisión de comprar esa casa a mí simplemente no me parece bien.” “Sé que te encantan las reuniones de primera clase, pero de algún modo me siento excluida.”

Nivel 5. Compartir necesidades relacionales que son vitales (físicas, mentales, espirituales y emocionales). Este nivel de comunicación conduce a la más profunda experiencia de amor y satisfacción conyugal. Comprender y responder a las necesidades más íntimas del otro sin juzgar ni recriminar demuestra seguridad y logra unidad. “Realmente, necesito que te involucres en la disciplina de los niños.” “Necesito sentirme deseada y valorada antes de poder responder sexualmente.” “Necesito media hora a solas para relajarme cuando llego a casa por la noche.” Por supuesto, este nivel es difícil de alcanzar. Significa ser abierto y sincero el uno con el otro, y eso quiere decir amarse mutuamente tanto como para permitir la sinceridad. Los cónyuges en el matrimonio suelen moverse en los niveles de comunicación cuatro y cinco por la entrada de conflictos o discrepancias. Las discrepancias no son negativas; ocurren cuando se encuentra el mundo masculino con el femenino, y proveen valiosos avances hacia la intimidad. Las discrepancias de una pareja, transmitidas y resueltas adecuadamente, ayudan a dos personas a convertirse en una, porque capacitan a cada uno para comprender y responder al punto de vista del otro. Los matrimonios exitosos colocan en el centro de la comunicación estos tres últimos niveles.

Nivel 6. Comunicar sus creencias. La Biblia dice que sobre toda cosa, guardemos nuestro corazón. Puesto que el corazón contiene nuestras creencias, compartir lo que creemos con el otro constituye el nivel más profundo de comunicación. Mi esposa y yo pasamos horas hablando de lo que creemos y de dónde proceden algunas de esas creencias. Ella creció en un ambiente ordenado y estable. Su papá iba todas las noches a cenar a la casa. Su mamá se quedaba en el hogar, se hacía cargo de los quehaceres, y cocinaba las comidas favoritas para la familia. Vivió en la misma casa por más de veinte años. Como su hermano se había ido de la casa antes de que ella naciera, creció como hija única, y se acostumbró a ser tratada como una princesa.

Yo, por otro lado, era el menor de cinco hijos. Mi padre cambiaba de empleo todos los años, y nos mudábamos casi con la misma frecuencia. Al ser el bebé de la familia, esperaba mucha atención y tener instantáneamente satisfechas todas mis necesidades. Como se podrá imaginar, nuestro matrimonio fue una colisión de mundos. Y esa colisión generó mucho calor y fricción hasta que aprendimos a comunicarnos nuestras creencias más profundas. Nos dimos cuenta que tales creencias provenían de nuestro trasfondo. Era necesario cambiar algunas de ellas. Comunicándonos y explorando nuestras distintas creencias, descubrimos quienes éramos y por qué actuábamos de esa manera. El comprender las creencias del otro nos ha ayudado enormemente a entendernos y a tratar nuestras diferencias con amor.

Prométanse que cuando sus necesidades, sentimientos o creencias difieran, buscarán una solución que funcione para ambos. Prometan que cuando estén en desacuerdo, no seguirán adelante hasta que ambos se sientan bien con respecto a la solución. Tal promesa creará entre ustedes dos una unidad que es mayor que todas las diferencias masculinas y femeninas. Transformará esas diferencias en fuerzas que mejorarán su matrimonio y los deleitarán a ambos todos los días de su vida en común.

–Extracto tomado del libro Lo prometo de Dr. Gary Smalley. Una publicación de Casa Creación. Usado con permiso.